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Historia de un corazón isquémico

Martín Donato

Los antecedentes de la descripción de la patología coronaria se remontan a los pueblos que ocuparon la mesopotamia (sumerios, acadios, babilonios, asirios), donde el corazón fue considerado como el centro de los movimientos del alma, dentro de una medicina teocrática, profundamente religiosa y practicada por sacerdotes.

Durante el esplendor de la civilización egipcia podemos hallar, a través de la lectura de los papiros, algunos conocimientos acerca del corazón y de algunas enfermedades que lo comprometen. Un ejemplo son las descripciones que aparecen en el papiro de Ebers. Este documento es un rollo de 20-23 m de largo y30 cmde ancho, que pertenece a la XVIII Dinastía, y que fue hallado en una tumba de Tebas y dado a conocer en 1890; en él se describen enfermedades del corazón y de las venas («metw»). El corazón es considerado como una «masa de carne, sede de la vida anímica y centro del sistema vascular, sitio de la inteligencia y de la percepción». Según los egipcios, el corazón recibe sangre a través de una vena receptiva (¿sistema venoso pulmonar?) y tiene cuatro venas que van a todo el cuerpo (¿venas cavas, arteria pulmonar, aorta?). Es notable la descripción que se realiza de la angina de pecho:

 «…si examinas a un hombre porque está enfermo del corazón y tiene dolores en los brazos, en el pecho y en un costado de  su corazón… la muerte lo amenaza…».

 Pese a estos conceptos y a que realizaban la práctica del embalsamamiento, llama la atención que el pueblo egipcio no tenía un conocimiento profundo de la anatomía cardíaca ni del resto del organismo. La explicación estaría dada, en esencia, por la ausencia de médicos en estas prácticas, las cuales tenían un carácter más religioso que científico, y eran llevadas a cabo por sacerdotes. Con respecto a la patología cardíaca los egipcios hablaban de un corazón débil, desplazamiento, plétora, rotación y mareos.

En Grecia, los trabajos atribuidos a Hipócrates contienen muchas descripciones clínicas acerca del tema. Entre ellas se hace mención a la insuficiencia cardíaca, a la fiebre reumática, al dolor de origen cardíaco, a la respiración de Cheyne – Stokes, y a otras entidades relacionadas. También contienen descripciones de técnicas de paracentesis y acupuntura, indicando todo esto que los médicos griegos del siglo V (AC) tenían experiencia en muchos desórdenes cardíacos. Hipócrates probablemente encontró casos de insuficiencia cardíaca y los mismos se encuentran descriptos en el libro de Cnidan en el cual escribió:

 «el paciente aparece amarillo, el cuerpo entero se encuentra edematoso, la cara presenta un color rojo, la boca está seca, el paciente sediento y cuando come la respiración se acelera».

 Quizás las más interesantes referencias de Hipócrates hacia la patología cardíaca sean las que sugieren el diagnóstico de angina de pecho y/o infarto de miocardio. Estas no son numerosas y fueron frecuentemente incluidas dentro de las discusiones de casos de neumonía, enfisema y enfermedades de la garganta. Existe una descripción del dolor de pecho con la característica irradiación del dolor cardíaco, que aparece en una discusión del tratamiento de las enfermedades del tórax:

 «Si el dolor muestra signos de extensión al cuello, al brazo, hacia la región de la pechera o hacia el diafragma, usted debiese abrir la vena profunda del brazo…».

 La relación típica entre el dolor cardíaco y el esfuerzo y/o el ejercicio no fue mencionada por Hipócrates, pero el agravamiento de la angina de pecho por los vientos fríos podría ser el objetivo del siguiente aforismo:

«Cotidianamente los individuos del norte… agravan el dolor de pecho preexistente…».

 En una discusión sobre las causas de la angina, Hipócrates podría haber descripto un infarto de miocardio cuando escribió:

 «La angina es seria y rápidamente fatal, cuando no existe lesión en la garganta o el cuello, y quizás ésta sea la causa del dolor y la ortopnea, esto podría sofocar al paciente dentro de los primeros cuatro días».

 Más evidencia acerca del conocimiento de la angina en la época de Hipócrates aparece en los Pronósticos de Coan donde queda claro que:

 «Ataques frecuentes de dolor en el pecho en personas ancianas denotan la cercanía de una muerte súbita».

 Luego de este período, sobresale la personalidad de Galeno, nacido en Pérgamo, Asia menor, en el año 130 DC. Si bien Galeno mencionó específicamente las enfermedades del corazón, cometió muchos errores que fueron aceptados universalmente como verdades por casi quince siglos.

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